Hay láseres de medios amplificadores sólidos, como el de T. H. Maiman, que fue el primero en conseguir el efecto amplificador del rayo luminoso (9). Utilizó una pequeña barra cilíndrica de rubí sintético, cuyos extremos semitransparentes constituían una cavidad óptica resonante (10). El "bombeo" provocado por la luz emitida por el flash de un tubo de xenón helicoidal que rodeaba la barra de rubí, producía impulsos luminosos de mínima duración (ver Figura 1).
Figura 1: Esquema del láser de estado sólido (11)
Los láseres dotados de amplificadores gaseosos son casi tan antiguos como los del estado sólido (12) y se caracterizan por la utilización de la descarga eléctrica como fuente energética de "bombeo", en el seno de una composición de un 90 % de helio y un 10 % de neón.
Hay haces láser de vapor metálico, de inyección o semiconductor, el de electrones libres, el Helio-Neón (13), muy extendido en los laboratorios y el Argón, utilísimo a la Medicina, basados en medios sólidos, líquidos o gaseosos, que convenientemente bombeados desde el exterior por medios tan elementales como la descarga eléctrica, la inyección del fluído eléctrico, el flash, reacciones químicas, radiaciones ionizantes o los propios rayos láser, consiguen amplificar la luz con intensidad multiplicada, aunque sin modificar su frecuencia, ni su polarización, ni su fase y dirección. De ahí que, aunque sea reducida la potencia óptica emitida, se alcanza la posibilidad de concentrarla por las lentes en una superficie mínima, logrando densidades de energía tan intensas, que consiguen hacer incontables las aplicaciones de las múltiples tipologías láser: dióxido de carbono (14), vidrio de neodimio, díodos láser, láser colorantes (dyes) (15), etc.
El haz láser es luz y como tal, posee todas propiedades de ésta, como las de la reflexión y refracción y la velocidad de recorrido en el vacío. Pero sobre éstas, posee otras propiedades peculiares, que la enriquecen sobremanera.
La primera propiedad que se ha de señalar es la de su extremada direccionalidad, lo que equivale a decir que su haz apenas sufre dispersión en su trayecto. Uno de los primeros láseres dirigidos a la Luna aún en la década de los 60, se dispersó tan sólo el equivalente a la cienmilésima parte del recorrido (16).
Otra propiedad importante es la de la velocidad en todas sus transiciones. Hay láseres que pueden emitir más de mil millones de destellos por segundo. La amplísima gama de potencialidades, según el material activo que se utilice y la capacidad de excitación que posea el láser, es otra de sus propiedades más aprovechables.
Mientras la luz solar se nos evidencia como polícroma y fragmentable en colores al refractarse en el prisma, la luz del rayo láser es generalmente monocroma y además posee una armonía interna de elevada perfección, que se manifiesta en el movimiento ordenado de los fotones, en sincronía perfecta, y con la coherencia temporal y espacial correlativas, dentro de la misma fase (17). Todas estas cualidades justifican la importancia y el número de sus utilidades.
Jhusep F. Vasquez M.
CI. 19598540
seccion 2
domingo, 23 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario